Para celebrar este día, no es que haya preparado un plato típico trianero precisamente ; ( , pero si que las voy a sorprender con un bizcocho de jengibre y frutas confitadas, delicioso para tomar con el cafelito de la tarde.
Este día, es arranque oficial de la Navidad en casa. Entre comidas de empresa, santos, cumpleaños, días varios de fiesta y las Pascuas en ciernes, está claro que durante este mes no paramos de celebraciones.
Os dejo ya la receta de este bizcocho que tanto por aspecto como por sabor, me parece ideal para celebrar la llegada del invierno.

Ingredientes:

185 gr de harina de repostería
15 gr de jengibre molido
160 gr de mantequilla
15 gr de levadura en polvo
26 gr surtidos de fruta escarchada
145 gr de azúcar moreno
3 huevos L
1 copa de ron añejo

Glaseado:

250 gr de azúcar glas
1-2 cucharadas de zumo de limón
Molde circular de 25 cm de diámetro

Elaboración:

Trocear la fruta escarchada en trozos pequeños y ponerla a macerar en ron templado levemente al fuego durante 30-60 minutos.
Precalentar el horno a 180ºC.

Tamizar la harina junto a la levadura. Incorporar el jengibre molido y el azúcar moreno. Mezclar muy bien.
Usando las varillas eléctricas o un robot de cocina, vamos a sumar a la mezcla de harina la mantequilla derretida y una vez que ésta se integre bien, vamos añadiendo los huevos de uno en uno, batiendo bien antes de añadir el siguiente. Seguimos batiendo hasta obtener una crema suave y esponjosa.
Verter la masa en el molde engrasado.
Escurrir muy bien la fruta escarchada y rebozar en azúcar glas. Echarla sobre la masa sin empujarla, los trozos se integrarán durante el horneado.

Hornear a 180ºC con calor superior e inferior, sin aire de ventilador, durante 40-50 minutos, comprobar con un palillo que está bien hecho, antes de sacarlo del horno.
Se retira a una rejilla para enfriarlo.
Preparamos el glaseado, poniendo el azúcar glas en un bol y añadiendo el zumo de limón poco a poco, dependiendo de como os guste de compacto. Una vez frío el bizcocho la echamos sobre éste, dejando secar un poco antes de poner otra capa.
Para dar más aspecto de nieve, una vez enfriado el glaseado esparcir un poco de azúcar glas.

Espero que os guste, ¡hasta la próxima receta y feliz semana!

Eso sí, cuidado a la hora de hincarles el diente porque son muy frágiles, así que poner la otra mano debajo o hacerlas más pequeñitas de manera que nos las zampemos de un solo bocado.
Una verdadera delicia, de esos dulces en los que comer solo, uno se hace irresistible.

Ingredientes: (20-25 rosquillas)

500 gr de harina de repostería
250 gr de aceite de oliva suave
125 gr de anís seco o dulce
1 cucharada de matalauva o anís verde
Ralladura de la piel de un limón
Azúcar y canela molida para rebozar

Elaboración:

Precalentar el horno 180ºC.
En una sartén mediana calentar el aceite con la ralladura de la piel del limón, sin que llegue a hervir. Retiramos y añadimos la matalauva.
Añadimos la harina de golpe y removemos con una cuchara de madera. A continuación echamos el anís y acabamos de amasar con las manos una vez que esté templada. Puede que admita un poco más de harina según la calidad de la misma, así que se puede echar sin mayor problema un poco más. Dejar templar completamente la masa.

Tomar porciones de la masa del tamaño de una nuez y hacer bolitas. Las vamos colocando en un papel de hornear, aplanamos un poco y con el dedo hacemos el agujero.Hornear a 180ºC durante unos 25-30 minutos, hasta que empiecen a coger un ligero color.
Cuando todavía estén calientes las pasaremos por azúcar y canela o como ya os contaba antes y a mí más me gustan, se pincelan ligeramente con más anís y entonces se rebozan.

Los toques dulces de la miel contrastan con los ácidos de la salsa de lima y el salmón queda jugoso pero con un exterior crujiente y muy apetecible.

Ingredientes: 

 

Para el salmón:

4 filetes de salmón limpios de espina  piel
40 gr de harina
80 gr de miel
Ralladura muy fina de 1 lima y de media naranja
30 ml de AOEV
Pimienta molida
2 dientes de ajo laminados
1/2 cucharadita de jengibre molido
Sal

Para la salsa de lima:

85 gr de mantequilla
1/2 cebolla cortada en juliana
2 dientes de ajo picados
20 gr de miel
45 ml de zumo de lima y 45 ml de zumo de naranja
Pimienta molida
Sal

Para decorar:

Piel de una naranja cortada en láminas
Limadura fina de naranja y lima
Arándanos
4 Guindillas en conserva
1 Jalapeño laminado
Perejil fresco

Elaboración:

Precalentar el horno a 200ºC.
Salpimentar los lomos de salmón por ambos lados.Con ayuda de una brocha, pintar cada filete con miel y posteriormente pasarlos ligeramente por harina, retirando el exceso de la misma.
En una sartén grande, poner un poco de AOEV y sellar los lomos por ambos lados a fuego medio durante 1 o 2 minutos. Pasar los lomos sellados de salmón a una bandeja apta para el horno y hornear de 8 a 10 minutos, dependiendo del grosor de los mismos.

Preparar mientras tanto la salsa que servirá de guarnición.
Poner en una sartén de tamaño medio, la mantequilla y tostarla hasta que se dore sin dejar de remover. Una vez tostada levemente, incorporar la cebolla junto a los dientes de ajo laminados y el jengibre. Caramelizar durante 10 minutos a fuego bajo. Pasado este tiempo, añadir la ralladura de lima y naranja. Incorporar el zumo de lima y naranja, remover y añadir la miel restante, una pizca de sal y pimienta. Remover hasta que se espese. Apartar del fuego.

Emplatar poniendo una base de la salsa y encima un lomo glaseado de salmón. Decorar con ralladura de lima y naranja picada muy fina, perejil fresco, los jalapeños laminados, arándanos y una guindilla en conserva.


Receta adaptada de Navidad a la carta

La receta de hoy es bien fácil pero con un resultado delicioso. Simplemente una masa de hojaldre que envuelve un relleno confeccionado con jamón serrano, una mezcla de quesos, unas tiras de tomate seco y para rematar, unos espárragos salteados previamente. A la mitad de los hojaldritos les he puesto además, unas tiras de pollo a la plancha con sal y pimienta nada más. 
Como veis, es una receta que se prepara en tan solo 15 o 20 minutos, es ligera y se puede convertir en un aperitivo estrella para estos días festivos.

No soy lo que se dice fan de las golosinas o chuches y prefiero un paquete de algo saladito como los frutos secos a unas gominolas, aunque en la cabalgata de Reyes esté en primera fila con el paraguas abierto: es broma, no soy tan ansia viva. Lo de las chuches viene a colofón de la receta de hoy y de su contraste salado-dulce, ideal para ofrecer a los invitados mientras damos los últimos retoques a la mesa.

En muchos países nórdicos, durante estos domingos previos, es tradición colocar una corona elaborada con hojas verdes y cuatro velas, cada una en representación de cada domingo de Adviento. Me gustan en particular porque representan una cuenta atrás hacia las fiestas por llegar.

Estas galletas, son un claro ejemplo de lo dicho anteriormente ya que desde el primer momento en que nos decidimos a elaborarlas, nos embriaga el dulce aroma de la Navidad, de la mano de los ingredientes que vamos utilizando. 

Si las horneas el tiempo justo, la textura por dentro es blandita, pero con la consistencia suficiente como para decorarlas si te apetece. Son perfectas para regalar en estas próximas fiestas dentro de una bonita lata, y a buen seguro, tendrán el éxito asegurado.
Con esta receta participo en el Reto de "Christmas Time" de la comunidad Cocineros del Mundo en G+

Para comenzar, mezcla la mantequilla con el azúcar moreno en un bol grande para obtener una pasta ligera. Añade la esencia de vainilla y el huevo y bate hasta conseguir que se integren bien.
En otro bol, mezcla la harina con el chocolate puro en polvo tamizándolos. Cuando estén bien integrados, añádelo a la mezcla anterior poco a poco, en unas tres tandas y trabaja la masa con las varillas de la amasadora para conseguir que quede uniforme.

Si la masa os queda "desmigada” añadir un par de cucharadas de leche y bate un poquito más.

Una vez tenga la masa la textura correcta, tenemos 2 opciones para prepararlas, dependiendo de como queráis decorarlas:

1ª opción: Haz bolitas con la masa del tamaño aproximado de una nuez y distribúyelas en la bandeja del horno aplastándolas ligeramente con la mano de forma que te queden galletas redonditas y homogéneas.


2ª opción: Si piensas cortarlas con algún cortapastas, divide la masa en dos, cada porción ponla entre dos láminas de papel de hornear, pásale el rodillo hasta dejar un espesor de unos 5mm y enfríar en la nevera. Pasadas unas horas podrás cortar las galletas con las formas que hayas elegido y colocarlas en la bandeja del horno.


En esta opción cabe la posibilidad de enrollar la masa sobre sí misma, una vez fría y cortar discos de 5 mm o 1 cm de espesor. Como veís, esta masa da mucho juego y el resultado siempre será delicioso.

Introdúcelas en el horno previamente caliente a unos 170ºC  durante unos 10-12 minutos.
Para el glaseado de azúcar, ponemos todos los ingredientes juntos en un bol y removemos bien. Lo preparamos con antelación para que endurezca un poco a la hora de decorar las galletas.

Estas pequeñas delicias las descubrí por casualidad durante las vacaciones de este verano en Londres, en uno de los estantes de la cadena de supermercados Tesco a los que acudíamos cada día al atardecer después de haber acabado nuestra excursión de turno por la gran City y alrededores.

Como el comer sin vino es muy triste, aunque haya quien le ponga Fanta naranja, y por si alguien no cata el jugo de Baco bien por prescripción facultativa, porque tiene "mala bebida" o simplemente porque no le apetece, he recurrido a este mantecadito de solomillo de cerdo que está para tocarle palmas con las manos por su textura crujiente y todo ello bien despachado con una crema de oloroso pidiendo pan como para una boda.

Uno de los alimentos que más se asocian con el otoño es, sin duda, la castaña y tiene un merecido reconocimiento en celebraciones tan tradicionales como el Magosto o Castañada en gran parte de este país y Portugal.

En este espacio de tres años, he tenido que volver a amoldarme a la convivencia familiar del día a día, algo que antes solo podía realizar en vacaciones y fines de semana, y que me ha llenado enormemente. 

Hay que ver lo que son las casualidades o mejor dicho, el ponerte manos a la obra con una receta como la de estas rosquillas de anís, elaboradas a la manera artesanal según receta monacal con aromas otoñales y texturas muy cercanas a los polvorones navideños, de las que hay que comerlas, asiéndolas de una mano y resguardando los trozos mordidos con la otra; pués como decía, una vez hechas estas deliciosas rosquillas, se me ocurrió, ante la fragilidad de las mismas, en darles un baño de glaseado, para de esta manera, hacerlas más robustas, finalidad que quedó conseguida e incrementó notablemente el sabor de las mismas. La cuestión, es que no se me ha ocurrido nada nuevo, y de aquí surge la sorpresa, al averiguar días más tarde, tecleando en el buscador la entrada "mantecados glaseados", que algo muy parecido, existe desde tiempo ha, en los llamados Mantecados de Portillo, elaborados en la Comunidad de Castilla-León y considerados un patrimonio gastronómico de estos lares, como no podía ser de otra manera visionando las imágenes de tan suculento manjar.