Hummus es uno de mis platos mediterráneos favoritos. Esta crema suave, fina y exótica, es todo un clásico de la cocina mediterránea, ha estado presente en las mesas de muchos países desde tiempo inmemorial, ya que se considera que el garbanzo es uno de los primeros vegetales en ser cultivado. Además de resultar un alimento muy económico, asequible y que puede ser utilizado tanto de fondo en un bocata, como para acompañar ensaladas y picatostes.
El vocablo "hummus" significa "garbanzo" en árabe. Aunque en realidad en Medio Oriente se denomina como "hummus bi tahini", en el cuál se denota claramente los dos ingredientes necesarios para su elaboración, como son los garbanzos y la pasta de semillas de sésamo o tahini.
Hummus, el secreto de la felicidad:
Esta crema tan sencilla de elaborar y que hoy en día está tan extendida, no solo por países árabes, tuvo un origen modesto y era servida en el desayuno antes de realizar las labores del campo. Además era un alimento básico para los viajeros que se adentraban en las regiones inhóspitas en los que se ideó, ya que es una fuente perfecta de fibras, minerales y proteínas, idóneo para los climas áridos y accidentados, ya que proporciona casi todas las necesidades nutricionales de una persona. De hecho, el hummus tiene suficiente proteína y fibra para mantener nuestro cuerpo sano durante largos períodos de tiempo.
Comer hummus también produce serotonina, que es la hormona de la felicidad. Se suele recomendar su ingesta cuando se están viviendo situaciones de stress o nerviosismo. Particularmente, en una habitación no muy iluminada, decorada con velas y música relajante, el degustar esta delicia te aseguro que te transportará a las mil y una noches y te ayudará a olvidar ese mal día que tuviste.
El vocablo "hummus" significa "garbanzo" en árabe. Aunque en realidad en Medio Oriente se denomina como "hummus bi tahini", en el cuál se denota claramente los dos ingredientes necesarios para su elaboración, como son los garbanzos y la pasta de semillas de sésamo o tahini.
Hummus, el secreto de la felicidad:
Esta crema tan sencilla de elaborar y que hoy en día está tan extendida, no solo por países árabes, tuvo un origen modesto y era servida en el desayuno antes de realizar las labores del campo. Además era un alimento básico para los viajeros que se adentraban en las regiones inhóspitas en los que se ideó, ya que es una fuente perfecta de fibras, minerales y proteínas, idóneo para los climas áridos y accidentados, ya que proporciona casi todas las necesidades nutricionales de una persona. De hecho, el hummus tiene suficiente proteína y fibra para mantener nuestro cuerpo sano durante largos períodos de tiempo.
Comer hummus también produce serotonina, que es la hormona de la felicidad. Se suele recomendar su ingesta cuando se están viviendo situaciones de stress o nerviosismo. Particularmente, en una habitación no muy iluminada, decorada con velas y música relajante, el degustar esta delicia te aseguro que te transportará a las mil y una noches y te ayudará a olvidar ese mal día que tuviste.
De lo que no cabe duda alguna, es que esta crema de garbanzos es un nexo común entre muchos países de Oriente Medio, incluso entre algunos poco bien avenidos históricamente. En Líbano, es un plato tan omnipresente que los camareros casi ni te preguntan si lo quieres: dan por hecho que lo vas a tomar. Para los palestinos, el hummus es una parte crucial de su cultura, su historia y su identidad, y en Israel, es considerado uno de los pilares de la cocina nacional.
A mi receta de hummus le he añadido unos tomates en aceite; no forma parte del hummus más tradicional, pero me encanta tanto el sabor como el color que éstos proporcionan a la crema final.
A mi receta de hummus le he añadido unos tomates en aceite; no forma parte del hummus más tradicional, pero me encanta tanto el sabor como el color que éstos proporcionan a la crema final.
Ingredientes:
270 gr de garbanzos ya cocidos y escurridos2-3 dientes de ajo pelados
2 cucharadas de aceite de sésamo o de oliva
3 cucharadas de tahini (receta aquí)
Zumo de 1/2 limón
Ralladura del 1/2 limón
3 tomates en aceite
1 cdta de comino en polvo
½ cdta de pimentón dulce
½ cdta de pimienta
1 cdta de sal
Perejil o cilantro para presentar
Elaboración:
Poner en un vaso de batidora los garbanzos con los tomates en aceite, las especias, la sal, la ralladura de limón y los dientes de ajo ya pelados. Batir hasta conseguir una crema de consistencia densa.
Añadir el zumo de limón, el tahini y el aceite de sésamo (o de oliva) y mezclar con una cuchara sopera. Si queda demasiado espesa añadir un poco más de zumo de limón.
Aunque la presentación más clásica es en plato hondo o cuenco espolvoreado con el pimentón, el cilantro y un chorrito de aceite, en mi caso he puesto en una sartén un poco de aceite de oliva y una vez caliente, he añadido media cucharada de pimentón y unos cuantos garbanzos. Salteo unos segundos y aparto. Apartamos el hummus y regamos con el aceite donde hemos refrito los garbanzos. Decoramos con el perejil picado y los garbanzos refritos.
Acompañar con palitos de apio, pepino, cherrys y un extra de salsa de ajo, y por supuesto con pan de pita con un toque crujiente y recién salido del horno.
También resulta delicioso en vuestro sándwich preferido untado en el pan, notaréis cómo se incrementa el sabor del mismo.
Añadir el zumo de limón, el tahini y el aceite de sésamo (o de oliva) y mezclar con una cuchara sopera. Si queda demasiado espesa añadir un poco más de zumo de limón.
Aunque la presentación más clásica es en plato hondo o cuenco espolvoreado con el pimentón, el cilantro y un chorrito de aceite, en mi caso he puesto en una sartén un poco de aceite de oliva y una vez caliente, he añadido media cucharada de pimentón y unos cuantos garbanzos. Salteo unos segundos y aparto. Apartamos el hummus y regamos con el aceite donde hemos refrito los garbanzos. Decoramos con el perejil picado y los garbanzos refritos.
Acompañar con palitos de apio, pepino, cherrys y un extra de salsa de ajo, y por supuesto con pan de pita con un toque crujiente y recién salido del horno.
También resulta delicioso en vuestro sándwich preferido untado en el pan, notaréis cómo se incrementa el sabor del mismo.
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